Cuando uno se embarca en el camino de la fotografía por una necesidad emocional y cree que su mejor manera de transmitir, expresar o denunciar puede ser por el medio visual de la fotografía. No ve que detrás de todo esto hay un sinfín de habilidades que debes tener presente. El simple hecho de saber componer una imagen, no es suficiente para que tu idea llegue de forma fácil. Y aquello que deseas que los demás absorban de tu fotografía, no transmite tu mensaje inicial. Dejando atrás todo lo que necesitas para que tu fotografía llegue a los demás, «buscar localizaciones, marketing, viajes, cursos, talleres, exposiciones, trato social, publicaciones, contactos, y un largo etc..». Hay una cosa a destacar por encima de todas las demás, y partiendo que tus fotografías son lo suficiente interesantes o tienen el suficiente interés para los demás «lo que no quiere decir que sean grandes imágenes». Es el hecho de como presentas tu serie de imágenes, como colocas los conceptos que transmiten tus fotografías para que sumen un concepto general.
Todo el mundo puede hacer una fotografía de «calidad» y que esta sea una buena imagen. Unos pueden tener cierta agudeza visual oculta que no han potenciado o simplemente se dieron las condiciones casuales para que en ese preciso momento alguien hiciese la fotografía, el automatismo de la cámara funcionara bien para esa imagen y algo interesante sucediera bajo ese angulo visual. Dicho de otro modo «suerte», si la suerte como la incertidumbre son grandes aliadas de las buenas imágenes. Lo que realmente diferencia la suerte, de algo intencional y así dar el paso a una fotografía «profesional» es el tener un conjunto de imágenes que desarrollan la idea y la unifican el un concepto global. Sí eres capaz de desarrollar una serie de imágenes de calidad con alto interés visual, has dado un paso al lado de la fotografía profesional, enhorabuena.
Bien… Ahora sólo tienes un gran problema y como nuevo «fotógrafo profesional» estas ligado emocionalmente a tus fotografía y a lo que sale en ellas, y a los lugares donde fueron realizadas y a las sensaciones de los recuerdos que estas llevan a ti. Dicho de otro modo eres incapaz de crear una serie coherente y visualmente armoniosa para expresar el concepto general y llegar así a favorecer las imágenes de tu serie fotográfica. Si siento decepcionarte y es que si hay algo que necesita un fotógrafo es un editor con imparcialidad emocional hacia las fotografías… Con el tiempo y a base de ver muchas fotografías de calidad desarrollaras tu forma de ver las cosas, y puedes aprender los conceptos de la edición de imágenes, editando por sus formas, sus colores, sus ideas y conceptos . Pero te será muy difícil realizar una edición favorable para tus imágenes de forma individual, necesitaras un editor o alguien con la agudeza visual necesaria para enlazar las imágenes. Si algo puede hacer que una serie fotográfica pierda fuerza visual y que el trabajo en conjunto caiga en un proyecto insulso, es el insertar imágenes que incluso con potencial visual individual no son candidatas para formar el concepto general, o simplemente está en un orden incorrecto en la edición. Y esto puede suceder si tú como fotógrafo atado emocionalmente a tus imágenes intenta editar por si sólo la serie del proyecto. Una imagen que no suma al conjunto del proyecto, no sólo no suma sino que resta fuerza al concepto general. Nuevamente menos es más.
Así que recuerda necesitas tu amigo/fotógrafo/editor para ayudarte en tu edición final o no serás capaz de sacar el potencial a una correcta correlación fotográfica…
Aunque quizás puedes volver a tener suerte.